¿Qué son las enfermedades inflamatorias intestinales?
Son procesos inflamatorios crónicos del intestino sin causa conocida.
La colitis ulcerosa afecta al intestino grueso (colon). Las lesiones se extienden desde el recto hacia arriba en longitud variable y continua. Puede comprometer sólo al recto (en ese caso se denomina proctitis) y permanecer indefinidamente como tal o extenderse al resto del colon. En algunos pacientes la lesión no sobrepasa la porción izquierda del colon y en otros puede llegar hasta el ciego (última porción del intestino grueso).
La enfermedad de Crohn puede afectar una o más porciones del intestino delgado, el colon, y raramente otras partes del tubo digestivo. Las lesiones pueden intercalarse con zonas sanas.
¿En qué consisten las lesiones?
Ambas enfermedades producen inflamación y úlceras múltiples (zonas erosionadas) que suelen cicatrizar y reaparecer en forma intermitente.
En la colitis ulcerosa el proceso inflamatorio más importante se da en la capa más superficial de la pared del intestino (mucosa).
En la enfermedad de Crohn la inflamación podría comprometer todas las capas.
¿A quiénes afectan?
Pueden manifestarse a cualquier edad con un pico de incidencia máxima entre segunda y tercera década de la vida y un segundo pico de menor incidencia entre los sesenta y setenta años. Estas enfermedades se observan con mayor frecuencia en zonas industrializadas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los más frecuentes son diarrea, sangrado, dolor abdominal, fiebre y pérdida de peso, dependiendo del tipo de enfermedad y la localización.
En algunos pacientes puede haber manifestaciones fuera del intestino (denominadas manifestaciones extra-intestinales) como las articulares, dermatológicas y oculares.
Algunos pacientes con enfermedad de Crohn pueden presentar complicaciones como estrecheces (disminución del calibre de la luz del intestino) o fístulas (trayectos que comunican un segmento del intestino con otro segmento u órgano).
¿Cuáles son las causas?
Las causas no se conocen aún. Parecen intervenir factores genéticos predisponentes, combinándose con uno o más factores ambientales (tabaco, stress, infecciones).
¿Cómo se las estudia?
Con análisis de sangre y en ocasiones de materia fecal. Además la videocolonoscopía permite tener visión directa de las lesiones intestinales. Pueden ser necesarios otros estudios como entero-resonancia, tomografía, ecografía con doppler y videocápsula para complementar el estudio de los pacientes con estas patologías.
¿Cómo deben ser tratadas?
El tratamiento y el control son indispensables. Los objetivos son calmar los síntomas, cicatrizar las lesiones cuando es posible y tratar de que la enfermedad no se reactive. Para esto es muy importante la adherencia al tratamiento.
Dentro del tratamiento se incluye la mesalazina (droga antiinflamatoria) que se puede administrar por boca o si la lesión esta en recto o más arriba, puede administrarse en forma de supositorios, espumas, o enemas.
En algunos casos de enfermedad de Crohn pueden asociarse antibióticos específicos.
Si la enfermedad se reactiva se pueden dar corticoides por boca, y si es severa por vena. Los corticoides son muy eficaces, pero deben administrarse en su justa medida, no indiscriminadamente, sólo por prescripción médica y no deben suspenderse bruscamente.
En algunos pacientes que no responden pueden usarse otros tratamientos que regulan el sistema inmune.
Algunos pacientes requieren internación para su tratamiento y pueden necesitar soporte nutricional especializado.
¿Qué conceptos son útiles?
Estas enfermedades son muy diferentes entre distintos pacientes, variando su complejidad.
La adherencia al tratamiento es uno de los pilares fundamentales para prevenir complicaciones y evitar la recaída de la enfermedad.
Los pacientes con enfermedad de Crohn no deben fumar, porque esto podría reactivar la enfermedad.
Se debe evitar el uso de los analgésicos como ibuprofeno, diclofenac, ketorolac, naproxeno, etc. dado que podrían predisponer a una recaída.
Toda duda debe aclararse con su médico.
El papel de un apoyo psicológico del paciente y su familia es fundamental para el manejo y la aceptación de estas enfermedades crónicas para lograr una mejor calidad de vida.