¿Qué es la úlcera péptica?
La úlcera péptica, o enfermedad ulcerosa péptica, es una solución de continuidad de la capa superficial del estómago o intestino (llamada mucosa). Cuando esta lesión se localiza en el estómago se denomina úlcera gástrica y cuando lo hace en la primera porción del intestino delgado se llama úlcera duodenal.
Es una enfermedad frecuente que afecta a aproximadamente el 5-10% de la población en algún momento de sus vidas.
¿Por qué se produce la úlcera péptica?
La producción excesiva de ácido clorhídrico (ácido que en condiciones normales produce el estómago para ayudar a hacer la digestión de los alimentos) es un factor importante en el origen de la úlcera péptica.
Hace ya varios años se ha demostrado que un agente bacteriano, denominado Helicobacter pylori, es una de las causas principales en el origen de esta enfermedad. Esta bacteria infecta el estómago en gran parte de la población mundial (aproximadamente al 50%). Pero sólo un 10-20% de las personas infectadas desarrollarán a lo largo de su vida una úlcera péptica. El resto de las personas convivirán con esta infección a lo largo de su vida sin que les cause ningún problema. No se conoce aún con exactitud el modo de transmisión de la infección por Helicobacter pylori, por lo que no se recomienda a las personas infectadas tomar medidas especiales para evitar el contagio.
Junto a la infección por Helicobacter pylori, el consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES), entre los que se incluye el ácido acetil salicílico (Aspirina®), son las causas principales de la enfermedad ulcerosa péptica. El riesgo de desarrollar una úlcera péptica con el consumo de estos medicamentos no es igual para todos. Los mayores de 60 años, aquellos con historia previa de enfermedad ulcerosa péptica, quienes padecen una enfermedad grave concomitante, los que utilizan medicamentos anticoagulantes y/o corticoides a dosis altas presentan un mayor riesgo de tener complicaciones digestivas con los AINE.
¿Qué síntomas produce la úlcera?
El síntoma más frecuente es la sensación de malestar en la zona central y superior del abdomen, en forma de “hambre dolorosa” o acidez de estómago, que calma con la toma de los alimentos y que vuelve a aparecer unas horas después.
También las úlceras pueden sufrir complicaciones: las principales son la hemorragia digestiva (producida cuando la úlcera es profunda y erosiona un vaso sanguíneo provocando una pérdida de sangre hacia el tubo digestivo), la perforación (cuando la lesión es tan profunda que rompe la pared intestinal) y la estenosis (cicatriz que se produce en úlceras antiguas y que puede provocar una estrechez que dificulta el paso del alimento).
¿Cómo se diagnostica la úlcera péptica?
El diagnóstico se sospecha mediante los síntomas que refiere el paciente. Se confirma con una endoscopía digestiva alta que permite tomar biopsias si son necesarias.
El diagnóstico de la causa que ha producido la úlcera péptica se hace, en el caso de la infección por H. pylori, mediante un análisis específico de muestras de aire espirado o con biopsias gástricas. Si el paciente refiere consumo de antiinflamatorios no esteroideos es muy probable que estos medicamentos hayan sido los causantes.
¿Cuál es el tratamiento?
Es recomendable no abusar del café, no fumar (el tabaco retrasa la ciatrización) y no ingerir bebidas alcohólicas ni AINES.
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) como omeprazol u otros como pantoprazol, esomeprazol, lanzoprazol son las drogas de elección. Es el tratamiento con el que se logra la cicatrización ulcerosa con mayor efectividad.
En los casos en que la úlcera este asociada a la infección por Helicobacter pylori se tratará la bacteria con IBP y antibióticos.