Dr. Marcos Meerof
Maestro de la Gastroenterología
Trabajo leído en la Reunión del Colegio de Médicos Gastroenterólogos, celebrada en el Congreso Panamericano de Enfermedades Digestivas
Noviembre de 1993, Buenos Aires.
“Me atrevo a sostener que no es completa la información intelectual de un médico, mientras éste no sea capaz de dar la razón histórica de sus saberes”.
P. Lían Entralgo
“La historia de la medicina es, en realidad, la historia de la humanidad misma, con sus altas y bajas, sus bravas aspiraciones tras la verdad y la finalidad y sus fracasos patéticos”.
M. Garrison
La historia de la Sociedad Argentina de gastroenterología (SAGE) es, en realidad, la historia de la gastroenterología argentina. Me ha parecido, en consecuencia, de algún valor intentar un enfoque interpretativo de su desarrollo. Consecuencia de ello es un esquema de etapas sucesivas, que he trazado.
1ª etapa: Etapa prehistórica
Que finaliza al término del Siglo XX.
Como antecedentes interesantes, consignamos que en el final del Siglo XIX, 36 tesis del doctorado en medicina, en la Facultad de la UBA, versaban sobre temas digestivos (entre otros, los trabajos de Telémaco Sussini, Nicolás Rovesa, Angel Godoy, Pedro Lacovera y Julio Ladvocat). La mayoría de los trabajos eran quirúrgicos, característica de todos los períodos iniciales de la especialidad.
2ª etapa: Inicial, preespecialidad
Comienza con el Siglo XX y se cierra con la constitución de la SAGE:
También la denominamos etapa “gestacional”. Se destacan, nuevamente, más los aportes quirúrgicos que los clínicos, pero en ambos adquieren trascendencia figuras ilustres: Enrique y Ricardo Finocchietto y Mariano Castex, con cuyos nombres personalizamos esta en la que se publican numerosos trabajos y pseudo libros sobre temas de la gastroenterología.
3ª etapa: De institucionalización
Señalamos su comienzo con la fundación de la Sociedad de Gastroenterología y Nutrición de Buenos Aires, que es el nombre inicial de la que hoy denominamos SAGE.
La entidad realiza intensa actividad científica y en los hospitales aparecen las primeras secciones de la especialidad. Se crea el Dispensario de E. Digestivas, punto de partida de un largo y provechoso andar que culminará en la fundación del Hospital de Gastroenterología “Dr. Carlos Bonorino”. El Dr. Bonorino Udaondo es alma mater de esta etapa.
Es importante destacar que antes que se constituyera la Sociedad apareció la revista “Archivos Argentinos de enfermedades del Aparato Digestivo”. La diferencia es sólo de algo más de un año: fin de 1925 para los Archivos y la fundación de la SAGE el 10 de mayo de 1927.
El primer presidente de la Sociedad fue el Dr. Zavala, aunque la iniciativa fue de Benorino Udaondo. Éste fue, sí, quien dirigió desde un comienzo los Archivos. Iniciativa del mismo es la fundación de la Asociación Interamericana de Gastroenterología, que tiene lugar en Buenos Aires en 1948.
Consideramos que esta etapa se cierra felizmente con ese evento que ya señala la preocupación de los gastroenterólogos argentinos de vincularse con centros similares de otros países del Continente. La vinculación con el Uruguay es muy estrecha, gracias fundamentalmente a la labor pionera en Montevideo del Dr. B. Varela Fuentes.
4ª etapa: Etapa de Docencia y Extensión
Se intensifica la labor de los centros y secciones de gastroenterología ya bien caracterizada como especialidad clínica. Aparecen los primeros Servicios de la especialidad. Se popularizan las técnicas que la caracterizan: endoscopías altas con aparatos rígidos y posteriormente semirígidos. Acidogramas, sondeos duodenales y estudios numerales para conocer la patología hepatobiliar.
Paralelamente la cirugía digestiva adquiere gran desarrollo y prestigio universal gracias a la escuela de los hermanos Finocchietto, pero con el agregado de buen número de brillantes cirujanos de Buenos Aires, Rosario y Córdoba, de donde proviene Pablo Mirizzi, creador de la colanglografia intraoperatoria.
Se multiplican los trabajos científicos, aparecen libros de envergadura, la labor docente se propaga al interior. A partir del año 1951, se realizan cada dos años los Congresos Argentinos de GE. El primero se realizó en Mendoza y lo presidió el Dr. Reta.
En el orden Internacional, la Argentina estimula la funcionalidad de la Asociación Interamericana (AIGE), cuyos congresos se realizan regularmente cada dos años en distintos países del continente.
Comienzan a celebrarse los Congresos Mundiales (1958) y las delegaciones argentinas se integran con gran números de colegas y demuestran los manifiestos adelantos de la especialidad en el país.
Hay ya intentos de trabajos de investigación, a cuyo frente se encuentra el Dr. Marcelo Royer, cuya labor docente es de extraordinaria significación. Maestro por antonomasia, no cabe duda que su nombre califica y prestigia esta etapa básica de la gastroenterología argentina.
Existen ya buen número de sociedades de la especialidad en el interior del país y en el orden internacional cabe señalar la actividad del Comité Latinoamericano para el estudio de la Cirrosis Hepática, culminación de una jornada celebrada por la SAGE el año 1962 y que a partir de esa fecha celebró durante tres décadas reuniones internacionales.
Esta etapa de febril actividad se cierra brillantemente con la creación de la Escuela de Postgrado de la GE, que inicia su labor a comienzos del año 1963. A partir de esa fecha, realiza una actividad didáctica de gran envergadura, proporcionando gastroenterólogos de gran capacidad y eficacia.
Como límite cronológico, por cierto convencional, de ésta etapa, brillante en todo sentido, se puede fijar el año 1965.
5ª etapa: De subespecialidades e investigación
Por un parte, van adquiriendo volumen y muy significativa independencia las subespecialidades como endoscopía digestiva y hepatología, gastroenterología pediátrica, grupos de estudios como el Club del Páncreas.
Estas subespecialidades también comienzan ya a fraccionarse, caso de la endoscopía; ya ha surgido la endoscopía terapéutica; la colangio retrogada, etc.
Por otra parte, la investigación, con todas las dificultades de tipo económico, que la limitan, ya tiene cultores que han alcanzado prestigio internacional. Los discípulos del Maestro Royer, los grupos de Bustos Fernández, de Osvaldo Tiscornia, del Hospital “Dr. C. Bonorino Udaondo”, de V. Pérez, Findor y colaboradores, de los alumnos de la Escuela de Postgrado y otros de reciente formación, permiten calificar ésta etapa de investigación.
Otros aspectos dignos de mención:
1) Multiplicados los centros en el interior del país, tras una larga etapa de negociaciones, surgió la Federación de Sociedades de GE del interior (FAGE), habiéndose logrado un acuerdo para el trabajo en común que esperemos se consolide y profundice.
2) Existe desde la década del ´70, el Colegio de Médicos Gastroenterólogos, cumpliendo la función específica del control del ejercicio profesional
3) En el orden internacional la labor de la SAGE ha sido intensa: Congresos Mundiales con participación brillante de colegas argentinos y participación igualmente argentina en la conducción institucional )H. Rubio, presidente durante años de la Sociedad Mundial de Endoscopía Digestiva; P. Muzure, vicepresidente de la Organización Mundial de la GE (OMGE); M. Meerof, secretario y luego presidente de la AIGE.
4) Don Congresos Panamericanos se celebraron en esta etapa en nuestro país: 1973 y 1993 presididos por M. Meerof y A. Jmeinitzky, respectivamente.
5) La Escuela de Postgrado de la SAGE ha alcanzado un desarrollo extraordinario y goza de una organización y conducción ejemplar.
6) En la faz administrativa, cabe destacar que la SAGE cuenta actualmente con sede propia, donde dictan sus clases teóricas los profesionales de la Escuela.
Resulta difícil la selección de con qué nombres personalizar esta etapa brillante de nuestra muy querida SAGE, ya que actuaron muchos colegas, brillantes peritos y magníficas personas. Recuerdo a los que ya nos han abandonado: Larrachea, Dra. E. Yussem, Bustos Fernández, Stamper, Roger, Maggi, Carlos Reussi. Nuestro respetuoso recuerdo y homenaje.
Otros entraron en un respetado silencio, como M.M. Ramos Mejía y M. Lemos García.
Creo, con todo, que ese honor le corresponde a Luis Bustos Fernández.
Tentativamente considero que esta etapa cierra su ciclo el año 1990.
Por último, permítanme una referencia de orden personal. Después de 14 años de ejercicio asistencial como clínico generalista, ingresé en el Hospital Durand para ejercer como gastroenterólogo. Fueron mis maestros N. Romano y fundamentalmente A. Aggi, a quienes recuerdo con emocionada y más que justificada gratitud.